jueves, 26 de marzo de 2009

LA JUSTICIA EN PAMPLONA O MENDOZA TIENEN FALENCIAS COMUNES

http://www.noticiasdenavarra.com Reportaje a la vocal del CGPJ, Gabriela Bravo,

.Visita Pamplona para hablar de Justicia útil en una sociedad democrática. ¿Qué le falta a la actual para serlo?

A la Justicia le falta adecuarse a las exigencias del siglo XXI y a los postulados de la Constitución. Creo que una tutela judicial efectiva exige una Justicia eficaz y ágil. Ésa es la gran demanda de los ciudadanos. La Justicia ha sido la gran olvidada de nuestra democracia, que siendo un pilar fundamental y la bóveda del Estado de Derecho, sin embargo, ha sido la que menos recursos y la que menos inversiones ha tenido.

¿Y qué le sobra?

Le sobran muchos procesos que están obsoletos, las deficiencias de medios humanos y materiales. Por ello, desde el CGPJ apostamos por la necesidad de una verdadera modernización de la Administración de Justicia, por una reestructuración de los órganos jurisidiccionales, por un nuevo diseño de la planta judicial, por una reducción de la litigiosidad, que puede venir determinada por la desjudiacilización de algunas materias. Creo que la materia de Registro Civil necesita una reforma profunda. Otras materias, si quizá las recondujéramos a ámbitos de la mediación, donde el juez tuviera también un papel mediador importante en la resolución de conflictos más ágil que no sea la del propio proceso, también conseguiríamos mayor agilidad para resolver conflictos de los ciudadanos. Además habría que redefinir el papel de los jueces, pero también el de otros agentes jurídicos, y una mayor racionalización de los recursos.


La imagen que los ciudadanos tienen de la Justicia es muy mejorable. ¿Qué hay que hacer para cambiarla?

Éste es uno de los grandes retos de este nuevo CGPJ, que apuesta por la transparencia en sus actuaciones y, sobre todo, dotar de garantía y confianza al ciudadano. Yo creo que es muy importante conseguir que la Justicia deje de ser una institución lejana y opaca. Es importante que el ciudadano se vea reflejada en ella como la vía para la resolución ágil y eficaz de sus propios conflictos.

El caso Mariluz ha situado a la Justicia en el disparadero. ¿En qué grado a dañado a su imagen y en qué grado puede servir para solucionar algunos de sus problemas?
Yo creo que el caso Mariluz con todo lo que conlleva en sí, como la muerte de una niña, no tenemos que utilizarlo más allá de lo que el rigor exige. Desde luego, a raíz de ese suceso se evidenciaron una serie de deficiencias que ya estaban allí y que todos los poderes públicos eran conscientes de que existían: retrasos, falta de informatización, de recursos... El trágico caso Mariluz, desde un punto de vista mediático, quizá ha tenido una mayor trascedencia, pero los males de la Administración de Justicia son muy anteriores.


La situación también es convulsa en el lado de la judicatura. Acabamos de vivir la primera huelga de jueces en el Estado. ¿Será también la última?

Yo espero que sí. Confío plenamente en que no haya otra huelga de jueces. El CGPJ no ha dejado de trabajar a pesar de la amenaza de huelga y confiamos en que los poderes públicos, tanto el Gobierno central, como los autonómicos, se esfuercen y se comprometan seriamente en la modernización de la Justicia, en proporcionar todos los medios para que el ciudadano tenga la Justicia ágil y eficaz que se merece.


La huelga de jueces coincidió en el tiempo con el cese del ministro Bermejo. ¿Fue una sorpresa?

Todos los ceses de los ministros causan sorpresa. Cuando un presidente de Gobierno elige a su equipo es porque tiene una confianza y quiere desarrollar su proyecto. Por eso, todos los ceses causan sorpresa, también el del ministro de Justicia.


¿La relación con el Ministerio de Justicia ha variado con el nuevo titular de la cartera?

Desde el CGPJ hemos podidos constatar la buena disposición, con los escasos recursos, porque no podemos olvidar la crisis a la que España se está enfrentando, al igual que el resto de países, para solucionar todas los problemas de la Administración de Justicia.


Entre las reivindicaciones de los jueces huelguistas figura la defensa de su independencia. ¿No ayuda muy poco a ella que algunos jueces se vayan a cazar con ministros?

Yo creo que la independencia del poder judicial está por encima de todas estas cuestiones. Que un juez y un ministro decidan, o no decidan, o se encuentren, porque no sabemos si decidieron acudir juntos a esa montería, creo que son datos que deben reconducirse a la vida privada de cada uno. La independencia del poder judicial está por encima de todo ello y no se tiene que ver mermada por anécdotas como ésta.


¿Cuál es la responsabilidad de los políticos en este sentido? Lo digo porque parece que algunos utilizan a los jueces como armas arrojadizas.

Quien tiene que preservar la imagen de los jueces es el CGPJ y desde el CGPJ se ha instado a los representantes de los poderes públicos y de la sociedad general en la necesidad de respetar la independencia de los jueces para que puedan desempeñar su función con imparcialidad. Está claro que la politización de la Justicia le resta credibilidad y crean precedentes de inseguridad jurídica, que no es buena para el Estado de Derecho ni tampoco para el propio poder judicial.


Las últimas reformas legislativas en materia de violencia machista y seguridad vial, ¿no han ido por delante de los medios existentes?

Éste ha sido siempre un problema en el ámbito de la Administración de Justicia. Las reformas legislativas han ido por delante de las memorias económicas. Nos hemos encontrado antes con la reforma y después hemos tenido que pedir los recursos. Éste es uno de los lastres que queremos ir superando. Para ello es necesario comprometer a las comunidades autónomas y al Ministerio de Justicia para que fijen previamente los recursos, o a posteriori, pero que los fijen, y en este tema el CGPJ va intentar mantener una postura de liderazgo.

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