sábado, 14 de marzo de 2009

JUANA , UNA MUJER GOLPEADA

Juana una mujer golpeada

Conocí a Juana sobre fines de Diciembre del 2008. Ingresó tímidamente a mi oficina y sacándose el pañuelo de la cabeza puso en evidencia su rostro, golpeado, sin lástima, con saña… como si no se tratara de un rostro humano

Juana se presento con un pedido muy sencillo y atendible, dijo:”No quiero que me pegue mas……”

Pertenecía a una comunidad de origen boliviano que trabajaban en una finca, donde vivía con sus dos pequeños de 6 y 8 anos y el padre de los niños

Juana tenía treinta años y hacía nueve que se encontraba en esclavitud. Dos costillas rotas, cicatrices en la cara y al abdomen, otra en el mandíbula, cabellos arrancados, violaciones constantes, amenazas de perder su niños y… el terror al golpe garantizado, al látigo que firmaba en su carne su condición de servidumbre.

Con su rostro indio ,surcado por las lágrimas y desfigurado por los hematomas, era la más bella mujer de la tierra. Merecía que un hombre le contara que era valiosa, valiente, humana, digna, respetable, mujer y madre y obviamente eso hice .

Conversamos mucho. Descartando el escritorio que nos separaba me senté s su lado y la trate con tacto y afecto, mientras, poco a poco, develó el horror que era su vida..

Ella había decidido llevarse los niños a la casa de su madre y poner fin a la situación. No había denunciado los golpes personalmente, lo había hecho su madre. Ante la policía manifestó haber sido asaltada y golpeada al anochecer ,cerca de su casa, sin involucrar a su pareja

Juana deseaba salir de esa vida, pero tenía terror a las consecuencias. Poco a poco organizamos entre ambos otro escenario. Ella podía recibir ayuda, poner límites a su pareja con la intervención de un juez, sumarse a un grupo de mujeres que habían atravesado por su misma situación para encontrar apoyo, llevar a sus niños consigo en condiciones protegida, se asesorada… acompañada,…contendida

Poco a poco Juana tomaba confianza y se animaba a hablar, con libertad, con un hombre, precisamente de esos temas que hacen al hombre abominable por su solo género

Entre ambos pensamos como se podía organizar la ayuda institucional. Un organismo de ayuda a las víctimas pasaría a buscarla, al día siguiente por la finca en la que estaba trabajando en la cosecha, a las 11 horas y la regresaría a las 14, de manera que su regreso al hogar fuera en las horas acostumbradas. Otro organismo había previsto un horario para su atención y acompañamiento, para las primeras medidas judiciales, en el lapso de tiempo en que podía ser ayudada. Allí mismos recibiría el apoyo que fuera menester. Luego de ello Juana daría el paso de retirarse de su casa, pero con la protección debida. En mi condición de mediador me conecté con las responsables de ambos programas para asegurar a Juana la presencia constante de una sociedad preparada para protegerla.

La entrevistada se retiro de la reunión agradecida, fortalecida, con esperanza en las respuestas de una red institucional calificada para su cuidado y el de sus hijos

La feria judicial empezaba al día subsiguiente. En la fecha que que buscarían a Juana , entusiasmado por la respuesta de las organizaciones, como a las 13 horas , llame a la primera organización para que me informara de la suerte corrida por Juana. La profesional encargada de buscarla- en la finca - me atendió y me dijo: “No me mates, ...tuve otras reuniones ayer y me olvide de buscar a esa mujer, pero no te preocupes que lo vamos a solucionar de alguna manera”

Yo pensaba en Juana, en nuestra charla, en la confianza infundida, en la responsabilidad institucional en juego. No tenía su teléfono ni su dirección y tampoco podía brindarle el servicio prometido, en forma personal. Me sentía como un eslabón de la cadena de maltratos institucionales, que sostenía la impunidad de su pareja y la revictimizaba . Le manifesté a la profesional mi estupor y mi enojo, pero prometió solucionarlo Yo no entendía como lo haría sin poner en riesgo a Juana. Si una estrategia adecuada.

En el ano nuevo, al levantar mi copa ,en el calor y protección de mi grupo familiar, solicite a Dios que ayudara a Juana

Al regresar, en Febrero de este ano, averigüé que pasos había dado el programa de protección a las víctimas y aún no existía ninguna medida. alguna

Evidentemente exprese mi reclamo. Luego me entere que , dos meses después de mi charla con Juana, el Programa envió profesionales a la Finca para buscar a Juana y que está se hizo pasar por una prima para contar que todo estaba bien y su pareja había viajado a Bolivia.

En realidad Juana hoy sabe que su status de mujer golpeada es inmodificable.

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